Más caro que ayer, pero menos que mañana. El recibo de la luz de junio ya es el más alto de la historia y no hay ley, máxima, corolario o refrán que en principio lo pueda justificar.
Lo que mal empieza, mal acaba… A nadie le puede pillar por sorpresa y nada tiene que ver con las leyes de Murphy. Ese ingeniero aeroespacial que hizo notar, entre otras cosas, que la tostada siempre cae por el lado de la mantequilla. Hay muchas más, pero todas caminan siempre en la misma dirección. Y es que, si algo puede salir mal, probablemente será así. Por eso, la otra cola siempre es más rápida; la información más importante de cualquier mapa está en el doblez o en el borde; o siempre se encuentran las cosas en el último sitio en el que se miró. Casi nunca fallan y eso es porque cada máxima, principio o corolarios hay una base científica por pequeña que sea. Sin embargo, para lo del precio de la luz no hay explicación posible.
Pues eso, que el mes de junio termina como empezó con precios altos de la electricidad. Poco le va a faltar para ser el más caro de la historia, como ha explicado Jorge Morales de Labra en Las cosas claras de TVE. Sin duda, lo sería si no fuera por la rebaja del IVA de hace tan solo unos días. Siguen subiendo sin control y desde que se aprobó la aplicación del tipo reducido ya se ha comido la mitad de la deducción. Sí, en apenas una semana. Con todo el recibo medio para las familias está un 20% por encima de lo habitual en esta época del año y podría ser aún mayor sin el beneficio fiscal y no parece que la cosa vaya a cambiar. Julio también comienza al alza. Por encima de los 90 euros MWH cuando lo normal es que estuviera en 45.
El recibo de la luz sube en junio un 20% para situarse de media en los 70 euros y podría ser aún mayor el incremento si no fuera por la rebaja del IVA al tipo reducido del 10%.
20% de subida media y eso con suerte. Puede ser todavía mayor. Para los que antes tenían la tarifa más adecuada, PVPC con discriminación horaria el incremento puede llegar al 40%. Luego están los que aseguran que a ellos no les ha subido. Optimistas frente a Murphy, pero lo que no saben es que lo que dijo en realidad es que… Si hay dos o más maneras de hacer algo y una de ellas puede resultar en una catástrofe, alguien se decidirá por esta. Y eso es lo que les ha pasado a 16 millones de consumidores. Eligieron, sin saberlo, tarifas a precio fijo que son siempre un 30% más caras incluso en momentos como este en los que los mercados están disparados. No es que no les haya subido el recibo, es que ya estaban pagando mucho más desde hace años.
Mucho más sencillo que encontrar las causas de los altos precios de la luz es dar respuesta a la tostada. Lo hizo el matemático Robert Matthews y estableció que la altura de la mesa era clave para que cayera del lado de la mantequilla. Debe poder dar una vuelta completa. Pues con los mercados pasa algo parecido. Hay factores que afectan y mucho como la subida del precio del gas o de los derechos de emisión de CO2. Sin embargo, tampoco es por mala suerte. El problema es que lo que pase con el gas afecta a una parte muy pequeña de la producción eléctrica. A menos del 20% del total y el 80% también están cobrando a esos niveles estratosféricos. Algo, que como dice el Gobierno, es legal, pero poco deseable en estos momentos.
En apenas una semana, el progresivo aumento sin control del precio de la electricidad en el mercado mayorista ha neutralizado la mitad del 11% de rebaja del IVA de la luz.
Así, lo que sí que no parece deseable es que las centrales hidroeléctricas, la forma más barata de producir electricidad, estén cobrando también esos 90 euros por MWh cuando sus costes de producción están por debajo de 20. Por cierto, que de esto del agua también hablan las leyes de Murphy. Decía algo así como que cuando un cuerpo se sumerge en …, sube la luz. En realidad, lo que pasaba es que sonaba el teléfono, pero es igual de molesto. Cobran 4 veces más. No hay otro negocio en el mundo con un margen de cerca del 500% y pueden seguir aumentándolo. Los mercados de futuros siguen subiendo. Los recibos del trimestre que viene serán aún superiores a los de junio y no hay ley, principio o máxima que lo siga justificando.