Gas y mar, puede ser una combinación peligrosa. Sobre todo, para el transporte marítimo y los contratos que lo traen hasta España y más si se cierra una de las entradas de esta materia prima por gaseoducto.
¡Se han disparado las alarmas ante un posible apagón energético! Al alto precio del gas ahora se le ha sumado que uno de los dos gaseoductos que lo traen hasta España dejará en unos días de estar operativo. No son buenas noticias, pero tampoco debe causar pánico. Nada de eso, porque en principio el suministro de esta materia prima está garantizado. Eso sí, lo que no se puede negar es que hay que buscar alternativas para traer todo el que se necesita, que no es poco. Por suerte, los gaseoductos no son la única vía de entrada y el que llega por transporte marítimo también es importante. Tanto como que supone casi la mitad de todo el que se necesita a lo largo del año. Pues, ahora, como ha comentado Jorge Morales de Labra en El programa de Ana Rosa de Telecinco, habría que aumentarlo un poco más.
Más metaneros en los puertos españoles. Sería necesario en torno a un 30% de incremento. Por suerte, hay infraestructura para hacerlo. Hasta 6 desgasificadoras disponibles para convertir el gas en estado líquido, como viaja en los barcos, a gaseoso para poder inyectarlo en la red y así se pueda consumir directamente. Uno de los países de Europa que más tiene. Así que en principio no debería haber ningún tipo de problema para conseguirlo. Hasta ahora llegaban a España para hacer este proceso más de 280 buques al año a los que ya mismo habría que sumar entre 70 y 85 más. Siempre en función de si finalmente se aumenta la capacidad del gaseoducto de Almería. En principio, será algo que pase a partir de enero y aún así habría que incrementar este número de desembarcos significativamente.
España es uno de los países con más desgasificadoras de toda Europa y casi el 50% del gas natural que se consume llega en barco desde países como Nigeria, Catar o Trinidad y Tobago.
Eso sin tener en cuenta que el transporte marítimo no es 100% seguro. Ni tampoco totalmente fiable. No está exento del pirateo de algunas compañías que venden la carga al mejor postor y rompen los contratos sobre la marcha. Les sale casi gratis. Lo que pasa es que tardan bastantes días en llegar al destino dependiendo de dónde vengan. A España suelen venir desde Nigeria, Catar, Trinidad y Tobago… y eso son varios días de navegación. Es decir, son orígenes lejanos y, además, con los actuales precios de mercado el valor total de la carga puede llegar a superar los 80 millones de euros. Sí, se han multiplicado por cuatro en menos de un año. Tal ha sido el incremento de la materia prima que las sanciones han quedado ya un poco ridículas. Tanto que les compensa pagarlas y aún siguen sacando muchos más beneficios.
Cada año más de 280 buques metaneros descargan en España, pero para poder compensar la energía que ya no entrará por el gaseoducto de Tarifa serían necesarios entre 70 y 85 más.
Por este motivo, se ha podido ver cómo hay barcos metaneros que han cambiado hasta 6 veces de destino porque durante la travesía reciben ofertas superiores y eso no está bien. De hecho, la CNMC ya empezado a expedientar a quienes han incumplido sus contratos. Todavía aún no ha puesto ninguna multa o sanción. Siempre pasa lo mismo… En todas las crisis energéticas se repite la situación y no faltan los problemas con las empresas responsables del transporte. El principal es cuando se espera a uno que al final no llega nunca. Todo preparado para la descarga y falla lo más importante, el barco. Lo normal en los contratos es que haya unos días de preaviso y la realidad es que cuando se produce siempre es a última hora. El día antes o incluso menos.
No es algo nuevo. Es algo que se repite en el tiempo. Por eso, la Comisión Nacional de Mercados y Competencia endureció hace poco las reglas de juego y estableció multas de hasta 6 millones de euros a todos aquellos que realicen este tipo de prácticas. Eso sí, siempre que no se avise con al menos 5 días de antelación. Así que la regla de tres es sencilla…. Si el cargamento de gas cuesta 80 millones de euros y en otro lugar del mundo le ofrecen un 10% más… ¡les siguen saliendo los números! En cualquier caso, ahora está iniciando el proceso por un episodio muy similar. El que ocurrió en enero de este mismo año con la borrasca Filomena. Hubo varios buques que nunca llegaron a atracar. Lo hicieron sin avisar provocando ciertos problemas de suministro y es algo que no puede volver a pasar.