Por diversos factores durante 2022, y de forma coyuntural, en España hubo un importante déficit de diésel que provocó que los precios subieran más que los de otros combustibles. Ahora la tendencia se ha invertido y vuelve a ser más barato que la gasolina.
¡Oído cocina! No hay lugar con una actividad más frenética que la cocina de un gran restaurante en hora punta. Aparentemente cientos de comandas que se elaboran a la vez, pero ahí está la dificultad. En realidad, cada plato requiere de una elaboración, ingredientes, tiempos de cocción e, incluso, utensilios diferentes que se van adaptando casi instantáneamente a las necesidades de los clientes. Evidentemente con la misma sartén que se fríe un huevo no se prepara un guiso o sirve de bandeja para un asado. Tiene su mérito porque en la mayor parte de las industrias estos cambios de proceso llevan un tiempo, y lo mismo pasa con los combustibles.
Y es que el tema empieza a despertar cierta curiosidad. El comportamiento del precio de los combustibles es impredecible, pero hay cosas que llaman mucho la atención a los conductores. Solo hay que ir a la gasolinera para darse cuenta de que los precios son muy altos. Sin embargo, a nadie se le escapa que el de la gasolina vuelve a ser más cara que el del diésel. Más o menos 10 céntimos por litro. Normal, porque este segundo tipo de carburante está subvencionado con una menor carga fiscal. Sin embargo, hubo un tiempo en el que no fue así. Justo al contrario que el año pasado, pero ¿por qué se ha vuelto a dar la vuelta a la situación como si fuese una tortilla?
Solo ha pasado dos veces a lo largo de la historia y las dos han tenido lugar el pasado año. Varios sorpassos del diésel a la gasolina. Más caro, incluso a pesar de seguir teniendo una importante bonificación fiscal.
Importante y es algo que tiene mucho que ver con la guerra de Ucrania. El precio de la gasolina es muy parecido al de hace 365 días. Allá cuando se puso en marcha la medida de la bonificación de 20 céntimos. Es decir, que si ahora se descontara esa cantidad de lo que marca el surtidor se podría comprobar que se está pagando más. Con el diésel no pasa lo mismo. La cuenta es muy sencilla. Tan solo hay que restar. En esa misma época llegó a costar más de 2 euros por litro. En cambio, en estos momentos, no llega al 1,60 incluso sin el descuento. Por tanto, difícil de entender porque antes era 10 céntimos superior al de la gasolina y ahora 10 inferior. Sobre todo, porque el precio de la materia prima, el petróleo, es el mismo para ambos tipos de combustibles.
La explicación, como todo lo que tiene que ver con la energía es compleja, pero el epicentro se encuentra una vez más en la guerra en Ucrania. Hasta entonces Europa compraba gran parte del diésel ya refinado a Rusia. Eso sí, al comenzar la invasión dejó de venderlo. Lo necesitaban para ellos. Más que nada para poner en marcha toda la maquinaria militar como tanques, camiones y vehículos de todo tipo que se mueven con este combustible. Este es el motivo por el que se produjo un enorme desbalance de los derivados del petróleo. Ya no es tan importante el crudo en los mercados internacionales como los carburantes en sí mismos. Las refinerías no estaban preparadas para adaptarse a una situación de escasez así y suministrarlo con normalidad. Y esto es lo que han hecho precisamente durante el último año.
Es decir, que cuando en una refinería entra el petróleo en crudo se procesa y de ahí salen un montón de productos. Los más habituales son la gasolina y el diésel, pero también otros como gasóleo o alquitrán. Sin embargo, el problema está en que no se pueden hacer todos a la vez ni de la misma forma. Cada uno lleva su propio proceso. Exactamente igual que sucede en la cocina. Un huevo se puede hacer frito o en tortilla, pero nunca ambos de forma simultánea. A menor escala hay que hacer una serie de ajustes. Como batirlo, retirar algo de aceite porque no se usa la misma cantidad para cada una de las elaboraciones o incluso cambiar el tamaño de la sartén. También influye la temperatura del fuego… y algo así es lo que se ha hecho en las refinerías porque como se importaba no hacía falta procesarlo.
Antes del inicio de la guerra en Ucrania del total de importaciones de diésel de la Unión Europea, el 44% procedía de Rusia. En 2022 bajó al 30% y a partir de ahora tiene que ser 0 y además de forma obligatoria.
Durante el último año han adaptado todos los procesos para producir más diésel. Así, se ha conseguido reestablecer el equilibrio y, por fin, vuelve a estar por debajo del nivel de la gasolina, como siempre. Históricamente ha sido más barato. Suele tener menor precio exclusivamente por un tema fiscal y no porque cueste menos producirlo. Lo normal es que a igualdad de precio del petróleo se pague menos por el gasoil, tal y como está sucediendo ahora.
