¿Por qué la bomba de calor es más eficiente que los radiadores eléctricos?
¿A quién no le gustaría mejorar la eficiencia energética de su hogar? Una bomba de calor podría ser justo lo que necesitas para disfrutar de una calefacción eficiente y reducir el impacto en tu factura eléctrica y el medio ambiente.
¡Cuidado con lo que se enchufa! Los números pueden sorprender a mucho, pero la diferencia es considerable. Ahora mismo con la mejor tarifa de gas que se pueda encontrar en el mercado, calentar una vivienda media en España durante toda la temporada de calefacción puede llegar a superar los 600 euros. Mientras, con una bomba de calor apenas llegaría a costar 500 o, incluso, un poco menos. ¡Curioso porque esto va en contra de lo que creen muchas personas! Pero la sorpresa puede ser mayor porque no todas las tecnologías que utilizan electricidad tienen igual coste. No todo lo que se conecta a un enchufe es igual de eficiente y de barato. Con un radiador eléctrico de los de toda la vida, como los de aceite o los de aire que se usan en los baños, el coste se llega a multiplicar hasta por tres. No tienen nada que ver.
Ambos sistemas funcionan con electricidad, pero hay una diferencia clave entre ellos: la bomba de calor es significativamente más eficiente que los radiadores, aunque parezca lo contrario.
El principio de funcionamiento: aprovechar el calor del entorno
Han sido muy útiles durante décadas, pero afortunadamente la tecnología va evolucionando. Los radiadores eléctricos producen calor al transformar directamente la electricidad en calor. Esta conversión es eficiente en términos de cantidad de electricidad convertida en calor (alrededor del 100%), pero está limitada por esa cifra. No pueden generar más energía de la que consumen. En cambio, las bombas de calor funcionan de manera distinta. En lugar de generar calor directamente calentando una resistencia, lo extraen del aire exterior, del agua o del suelo, y lo transfieren al interior de la casa. De este modo, por cada unidad de electricidad que consumen, pueden transferir hasta tres o cuatro unidades de calor, dependiendo de las condiciones externas. Esto significa que, en el mejor de los casos, puede alcanzar una eficiencia del 400%.
El coeficiente de rendimiento (COP)
Además, esto es algo que se puede cuantificar mediante el coeficiente de rendimiento. El COP, es una medida que indica la eficiencia de un sistema de calefacción. Mientras que los radiadores eléctricos tienen un COP de aproximadamente 1, que significa que por cada vatio de electricidad empleado proporcionan un vatio de calor), las bombas de calor pueden tener un COP de entre 3 y 4. Es decir, son capaces de proporcionar tres o cuatro veces más calor que la energía eléctrica que utilizan en el proceso. Y es el motivo por el que el falso mito de que todos los sistemas de calefacción que utilizan electricidad son iguales, es completamente falso. La respuesta, como en la mayoría de las ocasiones, se encuentra en la ciencia.
Ahorro energético y reducción de costes
Por este motivo, gracias a su alta eficiencia, las bombas de calor pueden reducir el consumo de energía de una vivienda. Por tanto, ¡mayor ahorro en la factura de la luz! No es despreciable porque a lo largo de toda la temporada de calefacción puede haber una diferencia de más de 1.000 euros. A largo plazo, aunque el costo inicial de instalación de una bomba de calor convencional o aerotérmica puede ser más alto que el de los radiadores eléctricos, la diferencia en consumo energético compensa la inversión inicial. Además, sus beneficios van más allá. Por su alta eficiencia reduce la demanda de energía y eso son buenas noticias para el planeta. Minimiza las emisiones de carbono asociadas con la generación de electricidad siempre que no sea producida por fuentes renovables.
¿Por qué la bomba de calor es más eficiente que los radiadores eléctricos? (16 de noviembre de 2024).
Las aplicaciones adicionales de la bomba de calor
Otro aspecto que debe ser destacado de la bomba de calor es su versatilidad. Muchos modelos también ofrecen la función de enfriamiento. De hecho, es su aplicación más habitual. Lo raro es que la gente las use como calefacción. Útil durante todo el año. Ofrece un control climático más completo que los radiadores eléctricos convencionales que solo se utilizan durante el invierno. Eso sí, también hay que tener en cuenta que no siempre son la mejor solución en todas las situaciones. Su rendimiento se puede ver afectado por las condiciones climatológicas. En lugares especialmente fríos, el COP puede disminuir ya que esta tecnología necesita más energía para extraer calor del aire exterior. En estos casos, puede requerirse un sistema de apoyo o considerar otras soluciones de calefacción.
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