¿Cómo afecta el precio de la energía al IPC?
Clave la bajada del precio de la luz porque impacta directamente en el de otros productos que se incluyen dentro de la cesta de productos en las que se basa este índice, pero ¿cómo afecta el precio de la energía al IPC?
Sin duda, una de las claves de la bajada del IPC de julio ha sido el descenso del precio de la luz. Es uno de los grupos principales en los que hay que fijarse porque se ha reducido más incluso que en julio de 2023 y eso lo notan todos los usuarios en los bolsillos. También se está hablando de la bajada del precio de los alimentos en la caída del IPC al 2,8%. Especialmente impulsado por la caída del precio del aceite y otros como las frutas y las verduras. En realidad, todo está relacionado, porque se utiliza para producir todo tipo de bienes y alimentos. Por eso, la mayor influencia se debe al descenso del 2,2% en los productos energéticos.
No es ningún secreto. Todo el mundo lo sabe. El precio de la energía fue el disparador que hizo que subiera el IPC a finales de 2021 y principios de 2022 por encima del 10%. Antes de la invasión de Ucrania el gas ya estaba subiendo, pero tras el inicio de la guerra aumentó todavía más. Ahora ya está en niveles mucho más razonables. Hasta el punto de que en abril se ha registrado el coste mínimo de la electricidad de la historia. Por debajo de los 13 euros MWh cuando lo normal es que esté entre 40 y 50. Muy barato porque, solo para hacerse una idea, el año pasado costaba 90. Descendió desde los 700 euros/MWh que se llegaron a ver en lo peor de la crisis energética, pero seguían siendo muy caros. Ahora, durante este verano algo ha subido hasta los 60.
Así, está por debajo de las cifras de hace justo un año y ha contribuido a rebajar la inflación. La mala noticia es que es posible que no dure mucho tiempo. No se sabe, pero hay ciertas tensiones geopolíticas que siguen estando ahí. Primero con la guerra prácticamente ya abierta entre Irán e Israel y también en Ucrania. Los últimos movimientos en la frontera con Rusia están poniendo en riesgo la última central de bombeo que trae el gas a Europa desde Rusia.
No ha sucedido nada todavía, pero el riesgo siempre está ahí y los mercados se anticipan siempre a cualquier posible eventualidad. Por eso, el precio del gas se ha disparado durante la última semana. Desde los 30 euros/MWh que era un valor muy normal hasta los 40. 33% de subida en apenas unos días y eso tiene un impacto directo, y casi inmediato, en la electricidad. De este modo, ahora incluso pasada ya la última ola de calor, se ha incrementado hasta superar los 100 euros por MWh. Por encima de los 90 del año pasado. Por este motivo, se espera que, a partir de agosto, en vez de contribuir a rebajar la inflación, como en meses anteriores, haga justo lo contrario. La aumentará ligeramente por encima de nuevo del 2,8%. Eso sí, aún está por ver.