El problema de no entender la factura de la luz
No entender la factura de la luz es un problema. No por no saber los datos que figuran en la misma. Va más allá porque al no tener los suficientes conocimientos es más fácil caer en los posibles engaños y acabar pagando de más en el recibo.
La factura de la luz debería ser una asignatura obligatoria en cualquier colegio o instituto. Tanto como una materia para aprender a hacer la declaración de la renta. El problema es que ambos van cambiando siempre. Año tras año se va produciendo alguna novedad y especialmente en el sector eléctrico en los últimos años ha habido demasiados. Así cuando parece que uno lo tiene ya todo contralado. Por ejemplo… ¡Hasta cuatro cambios en el IVA en el ultimo par de años! Imposible saber si es del 10%, del 21% o si sigue al 5%. También ha pasado con el bono social, no solo para quienes lo reciben sino también para todos los que lo pagan. Demasiadas modificaciones en la regulación en muy poco tiempo y eso sin contar con que en muchas zonas luego está el problema de las refacturaciones. Imposible entenderla. No lo ponen nada fácil.
Lo normal es saber lo que cuesta un kilo de naranjas, pero no un kW de electricidad. También que los precios en las tiendas se mantengan igual durante todo el día… pero con la luz es un poco más complicado y favorece los engaños.
Sobre todo, lo que hay en el sector es mucho engaño con todas las letras. Se le debe llamar así y no de otra forma a ese tipo de llamadas comerciales. Cuando contactan por teléfono y ofrecen un descuento en la factura de la luz siempre hay que desconfiar antes de aceptar nada. Hay casos mucho más graves en los que incluso se hacen pasar por tu compañía eléctrica y no lo son. El resultado es que te acaban cambiando a otra de la que probablemente nunca se haya escuchado siquiera el nombre. Por este motivo, para evitar los abusos, se acaba de presentar una propuesta de Real Decreto que pretende acabar con este tipo de comunicaciones y acciones comerciales para contratar los servicios de luz y de gas, entre otros. La cantidad de estafas que se están produciendo no es para nada desdeñable.
Al final el problema es que uno se fía. Contrata telefónicamente y acaba pagando incluso más que antes. Por eso, la primera recomendación es no fiarse de estas llamadas comerciales. Y la mejor forma de comprobar que todo está bien es pidiendo la oferta por escrito. Especialmente si se trata de la contratación de un servicio como la electricidad. No hay que caer nunca en el engaño del descuento del 25% en la factura o de las 2 horas de luz gratis al día. Suena tentador, pero… Hay que saber que la persona que llama o te para en un stand de un centro comercial cobra por cada contrato que realiza y no poco dinero. Entre 30 y 50 euros por cada nueva alta. El incentivo para que se inventen nuevas estafas es alto y al final, lo importante, es que esa comisión la va a pagar directamente el consumidor.
Por todos estos motivos y algunos más nunca hay que fiarse. Esas ofertas suelen ser un engaño y la mejor forma de comprobarlo es que nunca suelen estar en Internet para comprobarlo. Siempre hay que buscar la mejor oferta de la luz.
