Depreciada y criticada, pero ahora todo el mundo quiere ampliarla. Frenó la escalada de precios de la luz, luego los estabilizó, y finalmente los acabó rebajando. Sin embargo, el futuro de la excepción ibérica es incierto.
Termina a finales de mayo. Aún quedan más de 5 meses y ya está generando algunas dudas en el mercado. Los de futuros ya hoy se están empezando a tambalear. Aparentemente se pone fin a una tendencia a la baja que se prolonga desde hace meses y eso que no se sabe lo que va a pasar. Máxima incertidumbre porque hasta esa fecha el contagio del precio del gas al de la electricidad ha estado controlado, aunque la evolución de esta materia prima esté lejos de ser estable. Puede saltar la chispa que lo prenda en cualquier momento porque si no fuera por la excepción ibérica siempre irían de la mano. Las cifras así lo reflejan…
Si se habla de la luz, el mes de diciembre ha cerrado en 97 euros por MWh. Así, es el cuarto mes consecutivo en el que es más barata que en el mismo periodo del año anterior. Eso sí, para enero sube hasta los 130. Todavía elevado porque el precio más habitual antes de la crisis energética era de 50 euros/MWh. Muy alto, pero tampoco tiene absolutamente nada que ver con los 500 que se llegaron a pagar allá por el pasado mes de marzo.
Los problemas podrían ser aún mayores. En Alemania están ahora mismo tranquilos porque las temperaturas están siendo muy suaves. Más de lo habitual porque en caso contrario tendrían ya algunas dificultades. Por este y otros motivos, como ha recordado Jorge Morales de Labra en El programa de Ana Rosa de Telecinco, no se puede decir que el mercado del gas esté controlado ni mucho menos. Ahí está la importancia de la excepción ibérica. Tanta que, de hecho, los gobiernos de España y Portugal ya están pidiendo su ampliación. El objetivo no es otro que evitar precisamente la subida del precio de la luz a partir del mes de junio.
El requisito para ampliar la excepción ibérica
No debería ser algo complicado de conseguir salvo por una cosa. España se comprometió con la Comisión Europea a modificar la tarifa oficial a cambio de poder instaurar este mecanismo y de momento no lo ha hecho incumpliendo el acuerdo. Está esperando a que baje un poco más la luz para ponerlo en marcha. Esta es la clave. Muchos dan por descontado que Bruselas va a autorizar la ampliación, pero cuidado porque… el cambio de la fórmula con la que se calcula la tarifa oficial o PVPC está todavía pendiente. En estos momentos está totalmente vinculada al mercado mayorista. 100% variable y, además, es diferente a cada hora del día y todas las semanas del año. De forma instantánea los precios se trasladan al recibo de la luz. Por eso, cocinar en Nochevieja puede ser gratis como ha sucedido este año…
Consecuencias de la renovación del tope al gas
Por este motivo, las consecuencias de la crisis energética se dejaron sentir antes en España que en el resto de los países de Europa. Las facturas de los españoles empezaron a subir antes que la de los franceses o los portugueses porque tienen contratos a más largo plazo. Allí los precios no se actualizan a diario. Así, la Unión Europea dejó aplicar la excepción ibérica, pero con una condición. A cambio de estabilizar la tarifa eléctrica. Sin embargo, meses después no lo ha hecho aún por una sencilla razón. Ahora que está bajando el coste de la electricidad, si lo que se hace es vincularla a los mercados de futuros, haría subir los recibos. Ya no contendría la inflación que ahora mismo es el objetivo número uno. Interesa retrasar el cambio todo lo que se pueda al 30% de la población que tiene tarifa variable.
El 70% restante tienen tarifas a precio fijo y todo esto no les afecta. Ni les va ni les viene, salvo que vuelvan a cambiar a una tarifa variable. Por tanto, hay un cruce de intereses y habrá que ver cómo acaba en mayo. Si se logra ampliar la excepción ibérica habrá que crear una nueva que casi con total seguridad será más cara y no contribuirá a reducir la inflación. Importante para la economía y más en un año electoral. Continuará…