Cierto que la electricidad les sale más barata. También que compran más, pero eso no quiere decir que no paguen compensación o menos que en España. Hay evidencias de la nueva relación energética con Francia que lo confirman.
Es cierto. La excepción ibérica no ha gustado a todo el mundo… Especialmente a las eléctricas que han visto como los beneficios ya no les caen del cielo como antes. Por eso, han iniciado una campaña de desprestigio y han convencido a mucha gente. Utilizan algunos argumentos, pero la verdad es que no son del todo ciertos. Además, lo hacen desde el primer día para tratar que la gente crea que poco menos que se le está regalando la electricidad a Francia. Y ya se sabe que no hay nada menos español que hacerles favores a los franceses. Completamente falso, aunque al decirlo la duda siempre queda ahí. Eso sí, lo que hay son algunas evidencias de cómo marchan las relaciones energéticas con el país vecino y que cada uno saque sus propias conclusiones.
La excepción ibérica ha intensificado las exportaciones de gas hacia Europa, pero de ahí a decir que España regala energía a Francia hay un trecho. Hasta 80 millones de euros al mes, dicen, y la clave está en la renta de congestión.
La primera es que la Comisión Europea obligó a que la energía que España y Portugal venden fuera de su territorio tuviera el mismo precio que el que se paga aquí. Cosas del mercado único, pero fue un requisito indispensable para que fuera aprobada la excepción ibérica. Idéntico precio, y no gratis como se afirma. Esta falsa teoría además asegura que los consumidores franceses, a diferencia de los españoles o portugueses, reciben la energía más barata porque no pagan la compensación al gas, aunque la energía proceda de España. Cierto, exactamente por ese concepto no pagan, pero sí lo hacen por otro parecido *(la llamada renta de congestión). Sea como sea, al final, al otro lado de los Pirineos sí que les sale más económico comprarla aquí.
De ahí es de donde viene directamente la segunda de las evidencias o argumentos. Es un hecho, están comprando más electricidad a España que nunca, pero no desde que se puso en marcha el mecanismo. Lo hacen desde bastante antes. Exactamente desde diciembre del pasado año porque allí están teniendo serios problemas con las centrales nucleares. Es decir, con la principal fuente de generación eléctrica que tienen. Más de la mitad se encuentran en estos momentos parados. Con estos dos argumentos el que sí que falla es el tercero. No es cierto que los franceses estén pagando menos por la energía que los españoles. Totalmente falsos. Hoy mismo el precio del kWh en Francia es de 500 euros. Pagan más del doble. Sin embargo, como ha explicado Jorge Morales de Labra en Hoy por hoy de Cadena SER, en todo esto hay algo más que falla.
Así, para el director de Próxima Energía, todos los argumentos son ciertos salvo el primero en el que hay un error conceptual. Los franceses pagan la energía más cara y están importando más, pero de regalar nada de nada. No pagan compensación, pero si otra cosa que, por cierto, hace que el precio sea mayor. Tiene su explicación… Los mercados eléctricos son marginalistas. El precio que se paga por la electricidad es el de la última central que ha entrado en el sistema para satisfacer la demanda. La más cara de todas. Solo en España y Portugal eso ha cambiado. Si el precio hoy es de 250 euros/MWh es porque hay una situación especial. El precio es de 150, pero luego al gas se les paga algo más.
Hoy los franceses por cada MWh que viene de España contribuyen más a pagar la compensación al gas que los propios españoles. La renta de congestión se debe repartir a partes iguales entre los países y la cuenta sale positiva.
Cuando se dice que en España se pagan hoy casi 250 euros el MWh es porque aquí hay una situación bastante especial en la que ese precio marginalista es de 150 y luego solo a algunas centrales, a las que queman gas para producir electricidad, se les paga algo más. Por eso, la media es de 250, pero en Francia eso no existe. Allí toda se paga a 500. Tanto la nuclear como la renovable o la que venga de la península ibérica. Así, el diferencial entre ese precio final francés y el español se reparte a partes iguales. 350 euros dividido entre dos son 175 y se usan para pagar la compensación*. Por tanto, cuando compran energía a España lo hacen más caro. 150+175 son 325 euros y es más que los 250 que pagan los españoles. Tres evidencias claras para acabar con un falso mito.