La excepción ibérica ha intensificado las exportaciones de gas hacia Europa, pero de ahí a decir que España regala energía a Francia hay un trecho. Hasta 80 millones de euros al mes, dicen, y la clave está en la renta de congestión.

Las cosas no han salido como se esperaba, pero solo parcialmente. Ya se ha cumplido el primer mes desde la aplicación de la excepción ibérica y el resultado no ha sido del todo el esperado. No se ha logrado cumplir con el objetivo de reducir el precio de la luz, pero sí se han controlado las subidas. Los incrementos han sido menores que en el resto de Europa. Primero la ola de calor; después una mayor producción de electricidad con gas; y, por último, un aumento significativo de las exportaciones ha dado al traste con parte del plan. Por eso, ahora en algunos medios de comunicación ha salido publicada una información algo confusa… Señalan que durante este tiempo España ha regalado a Francia hasta 80 millones de euros por este concepto. Ahí es nada porque no hay nada menos ibérico y, concretamente, español que hacerle favores al país vecino.

Por cierto, titular que como ha explicado Jorge Morales de Labra en Todo es mentira de Cuatro TV, no es del todo cierto. En realidad, es completamente falso, aunque no es fácil de explicar al tratarse de un concepto técnico. La cifra de 80 millones se refiere al importe de la llamada renta de congestión que ha habido entre ambos países durante el último mes. Concepto que puede sonar a chino a la mayoría, pero no es para tanto. Como todo el mundo sabe, en los mercados eléctricos se paga toda la electricidad al precio de la más cara. Hasta ahí todo bien… El sistema marginalista, que tanto ha dado que hablar en los últimos meses, por el que la central más cara de todas, en cada una de las horas del día, establece la retribución de todas las demás.

Aun así, en esta situación, todavía queda un problema por resolver. Evidentemente la subasta es diferente en ambos países. Cada uno tiene su última central o, mejor dicho, distintos precios finales. A lo que, además, hay que sumar que la capacidad de exportación es limitada. Las redes eléctricas solo pueden transportar una cantidad determinada de energía. Por eso, mientras en Francia es de 500 euros/MWh en España apenas puede llegar a los 150. Demasiada diferencia. La electricidad española es mucho mas barata y, sin embargo, allí no se paga al mismo importe que aquí. Lógico y normal. Entonces, para compensarlo, lo que se hace es calcular el diferencial de precio entre ambos países. Es decir, entre el precio de la subasta francesa y la de España. En este caso sería de 350 euros y esa es la llamada renta de congestión. Sencillo, pero no acaba ahí.
Según la legislación europea la renta de congestión se debe repartir a partes iguales entre los países que realicen el intercambio. Por tanto, de esos 80 millones de euros generados en el último mes 40 han acabado en España.
Por eso, de regalar a Francia dinero o electricidad nada de nada. Lo que sucede es que en España los consumidores pagan el precio de la luz y, además, la llamada compensación. Mañana, por ejemplo, el precio será de 150 euros/MWh a los que hay que sumar 100 más por este concepto. En cambio, los franceses la pagarán a los 500 de su mercado. Así, de la diferencia entre ambos precios, la mitad volverá a España. En total, 125. Más de lo que se paga aquí para compensar al gas. También es cierto que en el último mes las cuentas no han salido siempre así y el diferencial en ocasiones ha tenido un balance negativo. Es algo que depende del día. Por tanto, ese titular justo hoy no es de lo más adecuado porque, en realidad, están pagando más que los españoles.
No hay regalos y, al final, todo se compensa, nunca mejor dicho.