Reducción de los cargos y peajes y probable mantenimiento de la rebaja del IVA y otros impuestos. También uno nuevo a las eléctricas, pero… ¿cómo afectarán estas novedades a la factura de la luz en 2023?
Una campanada por cada mes del año y una uva por cada propósito (más que deseo) para cada uno de ellos. Muchas son las teorías y aún más las supersticiones en torno a Fin de año. La más romántica es la de Estados Unidos. Podría llamarse la noche de los besos y no hacerlo augura 365 días de soledad. Hay muchas más. Mientras en Dinamarca rompen los platos, que no es lo mismo que tirárselos en Uruguay hay que llevar paraguas. Arrojan cubos de agua por la ventana. Algo que es incompatible con la tradición chilena de pasear por la calle con las maletas. Sea como sea, aquí lo importante es no atragantarse como se espera que tampoco lo hagan las facturas de la luz en 2023. Todo porque cuando suenen las 12 campanadas, lo que viene justo después del carrillón, de los cuatro cuartos y del ahora, ahora…
No solo llegará el nuevo año si no también importantes cambios en todo lo relacionado con la energía y especialmente en lo que se refiere a la factura de la luz. Más rebajas, aunque lo normal en las tiendas es que sea el 7 de enero… para hacer frente a los altos precios de la electricidad. Mucho han bajado en los últimos días, pero siguen siendo altos. Tras el IVA, el de generación y el Especial, ahora le toca el turno a los cargos y peajes que también aparecen en los recibos.
¡Ojo!, que no son y no deben ser nunca confundidos con impuestos. En realidad, es el pago por llevar la electricidad hasta las casas y muchas cosas más. Por ejemplo, las llamadas primas a las renovables y los sobrecostes extra peninsulares. Es decir, llevarla y gestionarla en Canarias y Baleares, pero también a Ceuta y a Melilla. Bajan y supondrá un ahorro de 50 céntimos al mes.
Algo es algo y se suma a las rebajas de impuestos (estos sí que lo son) como el IVA. Por cierto, en los últimos meses ya ha sufrido dos bajadas. La primera fue en junio de 2021 cuando pasó del 21% al 10% y la segunda este verano para quedar en el actual 5%. Así, España se convirtió en uno de los países de Europa en los que la electricidad tiene menos impuestos. No es que vuelva a bajar. Menos ya no se puede. La cuestión es que en principio iba a ser algo temporal, pero seguramente se vaya a mantener tal y como está. A pesar de las bajadas seguirá al 5% por una sencilla razón. A pesar del descenso el precio continúa tan alto que el Gobierno está recaudando mucho más de lo que ingresaba cuando estaba 16 puntos porcentuales por encima.
También en 2023 llegará el nuevo impuesto a las eléctricas que, aunque no debería afectar a los recibos seguramente lo acabarán repercutiendo. Del 1,2% de sus ingresos y serán más de 4.000 millones en dos años.
Impuesto que, por cierto, no solo afecta a las eléctricas sino a todas las energéticas y eso incluye también a las petroleras. Además, hay que tener en cuenta que el 31 de diciembre también acaba la bonificación de los 20 céntimos de los combustibles. Al igual que la luz han bajado, pero no tanto. Aún no han recuperado del todo los precios del año anterior. Es decir, que cuesten lo mismo que en el mismo mes de 2021, pero la previsión es que lo haga ya en enero. Por tanto, el petróleo también empezará a contribuir a reducir la inflación. Este es el principal motivo por el que se quiere eliminar o, por lo menos, restringir a determinados colectivos. Todo apunta a que podría permanecer para el ámbito profesional. Además, se debe tener en cuenta que son más bajos que cuando se puso implantó y empieza a no tener sentido.