Las consecuencias de un posible corte total del gas de Rusia son impredecibles, aunque lo cierto es que no afectaría igual a todos los países. Así, está ahora el mapa del gas en Europa.
“…se trabaja en un plan europeo común de reducción de la demanda con la industria y con los veintisiete Estados miembros…. También se están revisando los planes nacionales de emergencia para asegurar de que todos están listos ante posibles cortes adicionales” Ursula von der Leyen.
Las sospechas se han convertido en temor. Todavía no se han convertido en realidad, pero hay que empezar a prepararse. Desde hace ya un tiempo toda precaución es poca y siempre la mejor improvisación es la que está preparada y planificada. Por eso, hay que estar listos ante la no tan remota posibilidad de que el corte temporal en el suministro del gas de Rusia se convierta en permanente.
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Hay muchas papeletas de que eso suceda, pero no tendría el mismo impacto ni las mismas implicaciones en los diferentes países Europa. Podría significar cosas muy distintas. De media la Unión Europea tendrá que recortar en aproximadamente un 15% el consumo de gas durante los próximos 10 meses. Apenas hay margen temporal para maniobrar si finalmente la interrupción de los flujos desde Rusia llega a ser total. Eso de media, porque la diferencia entre los distintos Estados es abismal.

Todo depende de la interconexión que tengan con terceros países para poder paliar o transferir el déficit de suministro ruso. Así, los más afectados serían Estonia, Letonia y Lituania. Tendrían que reducir su consumo a más de la mitad. Exactamente al 54%. Un poco menos sería el caso de Bulgaria, Croacia, Grecia y Serbia que deberían hacerlo en un 49%. La lista sigue con Alemania (29%) y eso ya es preocupante… Rumania, Moldavia y también Polonia (28%); Austria, Republica Checa, Eslovaquia y Eslovenia (27%); Suecia y Dinamarca (21%) e Italia casi un 10%. Los únicos países que no tendrían por qué modificar su consumo serían España, Francia y Portugal. Los suministros de estos países no son vulnerables a una intervención rusa, aunque hay que matizar algún detalle como la débil generación de energía nuclear francesa. Ahora mismo tiene cerradas el 55% de sus instalaciones. Esto afecta y mucho.
“… de hecho, ya estamos en una situación en la que los mercados están perturbados… Por eso lo que va a hacer la Unión Europea es coordinarse mejor este verano para evitar que el próximo invierno tengamos problemas de abastecimiento…”. Ursula von der Leyen.
Tampoco es solo una cuestión de capacidad de suministro de gas. También influyen bastante las reservas almacenadas. Estos tres últimos países parten de una posición privilegiada y de forma conjunta las tienen llenas al 65%. Mucho más en años anteriores a estas alturas del verano. No es el único caso. Muchos países han hecho los deberes. Por ejemplo, Polonia las tiene al 100%. Las cifras son importantes. Solo la posibilidad de que Alemania tenga que reducir su consumo en un 29% hace que sobre este país sobrevuele la recesión. Por el contrario, además significa que otros como España Francia y Portugal puedan convertirse en exportadores de gas. Este es el panorama que deja rusia después de cortado, en principio temporalmente, el suministro a través del Nordstream. No es que sea algo nuevo. En realidad, se ha ido reduciendo de forma progresiva a lo largo del último año.

Lo dice Standard&Poor´s. Es algo que lleva sucediendo desde antes incluso de que comenzara el conflicto en Ucrania. En julio de 2021 Rusia exportaba 4,7 bcm, hoy solo llega a un tercio de esa cantidad. Es más, si ahora se cierra el gaseoducto ese tercio menguará aun más. Se estima que otro 40% adicional. Alemania admite que ya hay problemas y que pueden ser aun mayores porque consideran que no es solo una cuestión técnica sino también política. Las consecuencias vienen por partida doble. El primero, el precio del gas. Desde que se sabe del corte de suministro se ha duplicado. La segunda es que ha arrastrado al de la luz. A más de 300 euros/MWh por primera vez desde marzo. Por eso, ahora ha llegado el momento de buscar soluciones y pasan por crear un plan de contingencia y de solidaridad entre todos los países de la Unión Europea.