Más barato pasar unos días en la costa mediterránea que pagar la factura de la calefacción en Alemania. Tal y como suena, jubilados alemanes y gas de Rusia es una de las soluciones más ingeniosas para afrontar la crisis energética.
El gas como arma de guerra. La estrategia de Rusia ha llegado a un nuevo nivel. Se van superando fases. Cada vez un poco más. Mayor presión. Hasta hace poco solo habían decidido cerrar el grifo del gas a quienes no quisieran pagar en rublos. Los primeros fueron Polonia y Bulgaria, pero hay más. Lo avisaron varias veces y al final se cumplió la amenaza. Lo nuevo es que ahora con el argumento de una reparación han anunciado un corte parcial a gran parte del centro de Europa. Tan solo se trata de una operación de mantenimiento, pero, en realidad esa es solo la excusa. Por eso, el temor de que no se restablezca después el suministro está presente. No acaba ahí la cosa, porque encima hacen responsables a las sanciones internacionales. Todo porque las piezas necesarias se encuentran en Canadá y por el bloqueo no pueden comprarlas.

La excusa, como ha comentado Jorge Morales de Labra en Julia en la Onda de Onda Cero es de lo más retorcida. Hasta el propio presidente de Italia lo ha calificado como una brutalidad. Tanto su país como otros muchos no pueden prescindir del gas de Rusia, así como así. No es tan fácil como parece, pero ahora Putin tiene la coartada perfecta. Mala justificación y encima en uno de los peores momentos. En esta época del año se deberían estar llenando a tope los depósitos para afrontar el invierno. Algo que hasta ahora se estaba haciendo bastante bien. Pues, como solo con este anuncio de corte parcial (que podría ser total) se ha truncado toda expectativa de tener las reservas al máximo antes de que llegue octubre. Por eso, todo apunta a que los meses más fríos del año van a ser complicados desde un punto de vista energético.

Incluso podría llegar a haber restricciones como ya se vieron en la crisis del petróleo de los años 70. Ahora mismo ya es una posibilidad más que probable. Lo única duda es saber si llegarán a afectar a la población en general o solamente a las industrias. Las primeras que verán reducido su suministro en el caso de un corte total y eso sin contar con el precio. Tal es la preocupación que para tratar de paliar la carencia están surgiendo propuestas de lo más creativas. También ingeniosas como la que hace la Asociación de Agencias de Viajes de Alemania. Han propuesto al Gobierno Federal que subvencionen las estancias de los jubilados alemanes en España para evitar que usen gas en invierno a precios desorbitados. Aseguran que es más barato que estén unos días en la costa mediterránea que pagar la factura del gas en sus países.