Inflación por encima del 6%. Los precios de alimentación y electricidad vuelven a subir y arrastran al IPC que solo en los últimos 28 días ha subido un 1% convirtiéndose en el peor mes febrero de los últimos 45 años.
“La inflación está bajando en términos de tasa interanual y también los precios de los alimentos debido, entre otras cuestiones, a las políticas que se están implementando”. Pedro Sánchez.
El tiempo pasa más rápido que nunca y todo puede cambiar en unos días. Exactamente en los 28 que tiene el mes de febrero y lo mismo pasa con los índices macroeconómicos. Si hace apenas unas semanas se defendía así la evolución de la economía y la inflación intermensual, hoy la cosa ha cambiado bastante y ese índice ya no vale. En el lapso que ha transcurrido desde la última jornada de enero se ha vuelto a incrementar. Además, lo ha hecho en un 1%. El mayor aumento del IPC para este mes en casi medio siglo. De este modo, uno de los factores que más ha influido en el incremento ha sido la electricidad, que se despide de febrero con más de 130 euros/MWh de media. Mucho más cara que en el último recibo.
De hecho, ha duplicado su precio en los últimos 30 días. En el mercado mayorista se ha pagado a 133 euros cuando en enero también de media apenas superaba los 70. Fenómeno que se explica por la caída de la producción de las energías renovables empezando, como ha señalado Jorge Morales de Labra en Telenoticias de Telemadrid, por la menor aportación eólica. 30% menos de viento durante el mes de febrero y eso se deja sentir en los recibos. Energía limpia, pero, sobre todo, barata y ya se sabe… Toda la electricidad que se deje de producir con este recurso natural se sustituye por gas que es muchísimo más caro. Así de sencillo.
Lo mismo sucede con el agua. Durante el primer mes del año llovió mucho y, además, lo hizo de forma torrencial lo que obligó a liberarla de los pantanos. Mucha energía también económica, pero en febrero no ha sido así. Permanece embalsada a la espera del mejor momento para iniciar la generación. Al final, la energía producida acaba vendiéndose como si fuera gas. Casi, casi al mismo precio si no fuera por la excepción ibérica que le marca un límite. Tiene una barrera, pero aun así es demasiado alta. Así, el recibo de un hogar medio acogido a una tarifa variable como la oficial (conocida como PVPC) ha pasado de un mes para el siguiente de 35 a 50 euros.
Casi un 40% de incremento en menos de un mes. Y eso son más de 10 euros que vaya si se notan en las facturas y en los bolsillos de los consumidores. Por este motivo, no son pocos los que han desarrollado algunas estrategias para minimizar su impacto: apps para el móvil, dejar de utilizar determinados electrodomésticos o hacerlo de forma más responsables. Por otro lado, están los que han cambiado de tarifa, pero las subidas de tampoco se escapan a las de precio fijo. También se han incrementado e incluso duplicado en algunos casos cuando ha tocado la renovación de los contratos. Eso sí, mientras en las variables se paga menos de la mitad que el año pasado. Sin embargo, la situación todavía está lejos de normalizarse. Es decir, de volver a los 10 céntimos o menos de antes de la invasión de Ucrania.
