Con solo seleccionar el programa ECO se reduce el consumo eléctrico hasta el 33%, disminuye la cantidad de agua el 36% y eso sin tener en cuenta la temperatura a la que se realiza el lavado. También menos emisiones de CO2.
Es cierto, aunque muchos lo hayan puesto en duda en algún momento. El programa ECO con el que cuentan muchos de los electrodomésticos más modernos y eficientes gasta menos a pesar de que la duración sea mayor. Bastante más largo en la mayoría de los casos. De hecho, el ahorro se puede cuantificar. Reduce el consumo hasta un 33%. Y es que muchas veces se tiende a pensar que un lavado corto es mucho más barato que este tipo de programas que en ningún caso suelen bajar de las 2 horas, pero ¿por qué? Está demostrado…
El programa ECO de la lavadora y lavavajillas gasta de media, y como mínimo, un 33% menos que uno normal y eso sin tener en cuenta la temperatura. También es un hecho que tarda más. En promedio es aproximadamente 40 minutos superior. Algo que no es bueno para los que andan siempre con prisas ni tampoco para las facturas. Sin embargo, utiliza mucha menos potencia eléctrica porque, entre otros factores, calienta el agua de forma más lenta y sostenida. Tal y como ha contado Jorge Morales de Labra en Ahorra o nunca de La Sexta Noticias, es lógico y tiene su explicación.
En vez poner todos los sistemas en funcionamiento muy rápidamente, calentando el agua en solo unos minutos o centrifugando al máximo de revoluciones, que disparan el consumo de energía, lo que hace es realizarlo todo de forma más eficiente.
No queda ahí la cosa… Además, este tipo de programas gastan un 36% menos. En lugar de los 78 litros que son necesarios de forma habitual reduce la cantidad a 50. Es decir, 28 litros menos y eso en cada lavado con solo pulsar el botón ECO antes de ponerlos en funcionamiento. Tampoco hay que olvidar que la clave del ahorro está en la temperatura. Calentar el agua supone el 90% del total de la energía consumida y bajar 10ºC en cada lavado, de 40ºC a 30ºC, genera un 19% menos de emisiones de CO2. Así, que para ahorrar al máximo y ser más respetuosos con el medioambiente, cuánto más fría, mejor.
Tan sencillo como que poner una lavadora a 30ºC cuesta el doble que ponerla en frío. Por tanto, hay una diferencia enorme en el coste por este sencillo cambio. Pues, por si todo esto fuera poco, aún hay una última ventaja. Alarga la vida útil de la lavadora o el lavavajillas y también de la vajilla y de la ropa. Menos compras innecesarias lo que también se traduce en unas menores emisiones de dióxido de carbono de la industria textil. Inconvenientes, limpia un poco peor. No demasiado, pero sobre todo ante manchas difíciles o en tejidos muy blancos.