Blog

¿Bajar o no bajar la calefacción un grado o dos?

Reducir la dependencia del gas de Rusia requiere medidas macroeconómicas, técnicas y también que los ciudadanos europeos bajen la calefacción de sus casas.

¿Bajar o no bajar la calefacción un grado o dos?
¿Bajar o no bajar la calefacción un grado o dos? – Especial Ucrania de Telecinco (9 de marzo de 2022).

¡Lo que han dado que dar las palabras del Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad con el tema de la calefacción! No es para menos y eso que el objetivo parece claro:

“… la primera cosa que tenemos que hacer es cortar el cordón umbilical que une la economía europea con la rusa, y cortar el flujo que le permite acumular reservas con las cuales financiar la guerra”. Josep Borrell.

En España, probablemente, se hayan entendido peor porque la dependencia del gas de Rusia es menor que en otros países de Europa. Seguro que en Letonia, República Checa o Alemania han captado mejor el mensaje. En el caso de los dos primeros lo necesitan al 100% y en el tercero en más de la mitad que no es poco. Sea como sea, al final, como ha explicado Jorge Morales en el Especial Ucrania de Telecinco, es que bajar la calefacción no va a solucionar todos los problemas. Evidentemente no, pero es la forma en la que todos los ciudadanos pueden aportar su granito de arena. Todo el gas que se deje de consumir es buena noticia incluso, aunque venga de Argelia. La razón es muy sencilla. Menor demanda es más gas disponible en el mercado para naciones con mayor dependencia. Tampoco es la única medida que se puede tomar:

“… Y eso se puede hacer a nivel político como con la nueva directiva de la Comisión Europea con la que se pretende recortar de aquí a fin de año en dos terceras partes la dependencia del gas ruso. Objetivo difícil, pero realizable”. Josep Borrell.

borrell bajar calefacción
¿Bajar o no bajar la calefacción un grado o dos? – Especial Ucrania de Telecinco (9 de marzo de 2022).

Bajar la calefacción un grado también tiene algo de lógica económica. No es ningún secreto que por cada grado de más es un 7% extra en la factura. Además, en España el consumo de gas para calefacción supone alrededor del 15% del total. No es ni mucho ni poco. Por lo tanto, las cuentas salen. Si se hace caso de las palabras del también vicepresidente de la Comisión Europea el ahorro en el consumo total nacional de esta materia prima tampoco sería demasiado. Apenas llegaría al 1%, pero en realidad el gesto es enorme y ya se ha hecho muchas veces antes.

“También pide que todo el mundo haga un esfuerzo individual para recortar el consumo de gas igual que se hace con el de agua cuando hay sequía o al ponerse una mascarilla para combatir el Covid”. Josep Borrell.

Bajar o no bajar la calefacción un grado o dos
¿Bajar o no bajar la calefacción un grado o dos? – Especial Ucrania de Telecinco (9 de marzo de 2022).

También es importante para los bolsillos de casi todos los consumidores. En estos momentos, más de la mitad de las familias españolas tienen el precio del gas controlado por el Gobierno. Atenuada la subida de los precios del mercado, pero de forma artificial. Es decir, que lo que no están pagando ahora lo harán a partir de abril.  ¡Cuidado! Porque se ha multiplicado por 10 y la diferencia puede ser importante y hay que tenerlo en cuenta. Así que todo lo que se pueda ahorrar hoy serán también buenas noticias para los próximos meses.

Últimos artículos

La energía nuclear enfrenta un problema insalvable: es más cara y menos eficiente que las renovables. Su viabilidad depende de ayudas estatales que distorsionan el mercado. Altos costes, plazos largos y la competencia de las renovables han convertido su futuro en una incógnita.
El avance de las renovables en Europa marca un punto de inflexión en el mercado energético, con la eólica y la solar superando al gas y al carbón, reduciendo la dependencia exterior.
¿Es lo mismo usar la electricidad para cocinar que para calentar un jacuzzi? El IVA reducido de la luz desaparece, volviendo al 21% y encareciendo las facturas familiares, mientras el debate sobre su impacto fiscal y la necesidad de un modelo más justo sigue abierto