Frente a vibraciones, sonido del motor y olor a gasolina, … Aceleración, potencia, ahorro y sostenibilidad. Digan lo que digan, los coches eléctricos son muy, pero que muy reales.
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No, los coches eléctricos ya no son un juego de niños, aunque durante décadas hayan sido el deseo más repetido en las cartas a los Reyes Magos. El regalo más querido por los niños y el más temido por adultos. Distinción, clase y estilo en los patios de juegos. La envidia de todos los vecinos sobre cuatro ruedas, con batería y a poco más de 6 Km/h. Todos querían uno y lo siguen queriendo. Tampoco son ya solo de lujo. Al negro Porsche Carrera y al rojo Ferrari los de Feber, que de eso de jugar a ser mayores saben un rato, fueron sumando más modelos y colores. Por supuesto, el 4×4, pero también monovolumen y compacto para la ciudad. Todos aparcados perfectamente en el pasillo por el que padres evitan pasar. Auténticos concesionarios en todas las jugueterías. Normal, entonces, que los reales aún sean vistos como casi de juguete.
Entre otras, las ventajas del coche eléctrico son: menor contaminación incluida la acústica, mayor eficiencia, mejor aceleración, y más simplicidad mecánica.
De las jugueterías a los concesionarios. Cada vez hay más y más modelos de coches eléctricos, pero de juguete ya no tienen nada. Ahora no es tan difícil encontrarlos. Lo raro es que todo el mundo conozca el número de caballos de su automóvil y muy pocos sepan lo que contamina. Pues, 1 de cada 4 Kg. de CO2 que se emiten a la atmósfera en España tiene su origen en los tubos de escape de los vehículos de combustión. Además de no contaminar, independientemente de la tecnología, son mucho más eficientes. Sí, desde los modelos híbridos hasta los eléctricos puros pasando por los híbridos enchufables, que combina ambas tecnologías, la sostenibilidad va en aumento. Será por el sonido y vibración del motor, el olor de la gasolina, o las sensaciones del cambio de marcha, pero aún hoy solo los más contaminantes se sienten como coches reales.
No hay que dejarse llevar por las apariencias. Nunca, y para comprobarlo nada mejor que echar una carrera. Como las de los niños en el parque, pero de verdad. Diésel contra electricidad. Por eso, Jorge Morales de Labra se ha puesto al volante de su coche eléctrico en el programa Reduce tu huella de La2 y el resultado es claro. El eléctrico gana por goleada para que nadie vuelva a decir que es cosa de niños. Gran arrancada y mejor aún aceleración. Ya no son exclusivamente para la ciudad. De hecho, ya hay competiciones oficiales de automovilismo de velocidad y pueden llegar a alcanzar los 300 kilómetros por hora. Pues aún hay muchas más cuestiones para acabar con el mito del coche de juguete. Muchas más.
Si se habla de eficiencia, sostenibilidad y coche eléctrico hay que entender que hay varios tipos diferentes: híbridos, enchufables y eléctricos puros, que no combinan ninguna otra tecnología.
Solo hay que abrir el capó y ver el motor para comprobarlo. Y lo primero que salta a la vista es el calor que desprenden los de combustión. Mucha más temperatura. Por eso gasta más, es menos eficiente y sufre un mayor número de averías. Sí, mayor gasto también en mantenimiento. Sin embargo, además, en los eléctricos sorprende por su limpieza y tamaño. Tan pequeño que en muchos modelos se reserva una parte del espacio como segundo maletero. Más capacidad de carga y confort porque la batería se encuentra oculta a lo largo del suelo del vehículo. Autonomía para desplazarse durante toda su vida útil y cuando termina el desguazado y posterior reciclado también es más sencillo. Todo son ventajas…
Para el medioambiente y también de aparcamiento, acceso a las ciudades y, por supuesto, para los bolsillos. Con los 50 euros de llenar el depósito de diésel, que probablemente no dure más de una semana, se puede conducir un coche eléctrico durante varios meses. Ahorro asegurado con Próxima Energía. Eso sí, hay que tener en cuenta que hay que cargar las baterías. Algo que ya pasaba con los vehículos infantiles y que tiene fácil solución. Ahora basta con un enchufe para obtener más de 500 Km. de autonomía en ciudad y del orden de 350 Km. en carretera. 40 minutos en una electrolinera, el tiempo de tomar un refresco, es suficiente para conseguir 200 Km. extra. Eso si que es otro juego de niños. Quizá por eso, si el vecino de pequeños hubiera dejado su Porsche negro o el Ferrari rojo, se verían aún más claras todas sus ventajas.