Del 18% al 21%, de ese último porcentaje al 10% y ahora todos quieren más. También anotarse el tanto de reducirlo hasta el 4% o el 5%, pero ¿de quién es la idea de bajar el IVA de la luz?
Lo del IVA de la luz da para un libro o, mejor aún, una película. Tiene suspense, intriga, acción, un punto de misterio y bastante humor. La promesa electoral de siempre. No hay campaña en los últimos años en la que no se hable del impuesto y que, al final, nunca nadie se atreve a poner en marcha. Tiene sus peligros… Las rebajas, así como así, benefician a todos por igual, a los que las necesitan, y a los que no. Ya se sabe… Tal y como ha explicado Jorge Morales de Labra en repetidas ocasiones no es lo mismo la electricidad que se usa para cocinar que para calentar el agua de un jacuzzi o una piscina privada. Lo mismo con los 20 céntimos de los combustibles.
“Y quiero anunciarles que en el Consejo de ministros del próximo sábado se va a rebajar el IVA de la luz del 10% al 5% para proteger a las familias de nuestro país”. Pedro Sánchez.
Tampoco la necesitan igual el que tiene un coche diésel de más de 10 años para ir a trabajar que al que le gusta pasear los domingos en su Ferrari. Pues este tipo de medidas afecta a todos por igual. Y eso sin contar con la merma en la recaudación del Estado que luego se utiliza para cosas esenciales como sanidad, educación y otros muchos servicios públicos. Sin embargo, ahora el problema no es ese. Sino que cuando por fin alguien se atreve a hacerlo todos quieren anotarse el tanto. No es para menos, las bajadas de impuestos son muy populares y más si afectan a servicios esenciales. Molan y mucho. Por eso, todos los partidos la quieren revindicar como suya.
“Amigos, seguiremos pidiendo una bajada del IVA de la luz como han hecho los italianos, los polacos, los portugueses y como han hecho buena parte de los países de la Unión Europea”. Alberto Núñez Feijóo.
No es algo tan nuevo, ya se había hecho antes. Exactamente, en el mes de julio de 2021, cuando entre las medidas del llamado Plan de choque luz se incluyó una rebaja del 21% al 10%. Es decir, del tipo general al reducido. Tampoco hace falta ahora recordar cómo ni cuándo se subió del 18% a ese porcentaje. Sin embargo, eso no es lo más curioso. Lo sorprendente es que quiénes se quiere anotar la victoria se abstuvieron en la votación del pasado año. Aún así salió adelante con 93 votos a favor, 152 abstenciones y 3 votos en contra. Eso sin contar con que la propuesta fue calificada como parche y de encubrir una reforma del sistema poco transparente. 365 días después parece que argumentos no les faltan para todo lo contrario. Tres, por cierto.
“1. La propuesta de bajar el IVA de la luz del 10 al 5% es legalmente viable. 2. No supone reducir ni un euro en ningún servicio publico porque se financia íntegramente con el exceso de recaudación previsto y 3. Tiene los votos suficientes para salir adelante”. Javier Maroto.
Tiempo después los papeles parecían haberse cambiado hasta el último anuncio del presidente del Gobierno. Los que sacaron adelante la primera rebaja ya no ven tan bien la segunda y los que se abstuvieron quieren más. Para Teresa Ribera no había que “conformarse con medidas cosméticas ni con vaciar las arcas del Estado para algo que probablemente no sea efectivo a medio o largo plazo sobre el recibo de la luz”. Intercambio de roles, pero el complicado estreno de la excepción ibérica ha puesto de manifiesto la necesidad de buscar viejas fórmulas efectivas a corto plazo, aunque tampoco sean la solución definitiva. Eso sí, hay que tener en cuenta que ni Feijóo ni Ribera, la primera vez que se escuchó la propuesta en el Congreso de los Diputados fue allá por 2017 y ¡sorpresa! Fueron palabras de Pablo Iglesias.
“Ya que la luz es un bien de primera necesidad propongo que reduzcamos el IVA del 21% al super reducido del 4% o al menos al reducido del 10%. Hay casos en otros países. No estoy proponiendo nada extraño”. Pablo Iglesias.
¿Quién ha copiado a quién? ¿Pedro Sánchez lo ha hecho de Feijóo o Teresa Ribera de Pablo Iglesias? En realidad, es algo que da igual. Es necesario y no queda otro remedio. Lo importante es que baje el precio de la luz y lo haga cuánto antes, aunque mientras se busquen soluciones a más largo plazo. Sobre todo, en las circunstancias actuales de crisis energética agravada por la guerra en Ucrania. Vetos y sanciones a la energía de Rusia, en concreto, al petróleo, que hacen que los combustibles no paren de subir. Eso sí, gracias a la excepción ibérica no han subido en la misma proporción que en el resto de los países de la Unión Europea. Aun así, hay que tener en cuenta que la rebaja del IVA no llegará ni a 3 euros al mes.