Ahora que ya se ha solucionado, aunque sea en parte lo de la luz con la excepción ibérica, la mirada se ha puesto en los combustibles. No paran de subir. ¿Se podría hacer lo mismo y limitar el precio de la gasolina?
Lo de la electricidad está muy bien. Menos descuento del que se esperaba, pero es mejor que nada. Además, hay que reconocerlo ha costado lo suyo. Sin embargo, el qué hay de lo mío se ha pasado a los combustibles y razones no les faltan. Ahora el que más preocupa es el de la gasolina. No para de subir y solo hay que ir a repostar para comprobarlo. El gasóleo se sitúa ya en los 2 euros y la sin plomo en más de 2,25. Por eso, ya hay quién se pregunta si se podría hacer lo mismo que con la luz y limitarlo de alguna forma. Para Jorge Morales de Labra está claro y lo ha contado en Todo es mentira de CuatroTV. Por supuesto que es posible porque en realidad de lo que se trata es de una intervención del mercado.
También de los beneficios extraordinarios de las eléctricas y las petroleras que también los están teniendo. Enormes, por cierto. La principal empresa del sector ha duplicado los ingresos respecto al pasado año y eso es señal de que ahí hay margen de maniobra. No es que hayan vendido el doble. Solo han ampliado sus márgenes. Además, se habla de otras soluciones como bajadas de impuestos, pero eso sería un error. Más que nada porque su aplicación sería de forma generalizada. Igual para todos los consumidores… Lo mismo que con el famoso descuento de los 20 céntimos cuyo efecto ya ha quedado comprobado. Ha quedado en nada apenas unos meses después. Es lo que tienen las reducciones fiscales o las subvenciones indiscriminadas. Al final se las come el propio mercado en muy poco tiempo. Eso es lo que ha ocurrido.
El incremento de la venta de combustibles desde la aplicación de los 20 céntimos de descuento ha superado todas las previsiones realizadas el pasado 30 de marzo.
El precio de la gasolina de no haberse aplicado el descuento estaría en abril cerca de los 2 euros por litro. Ahora, tan solo unos meses después ya está en ese valor y lo peor de todo es que sigue subiendo. Con el IVA igual… Además, hay que tener en cuenta que estas iniciativas no tienen las mismas implicaciones para todos los consumidores. No es comparable el que tiene un coche diésel con más de 20 años de antigüedad que lo necesita para ir a trabajar, que el que tiene un Ferrari para pasear los domingos por la tarde. Ni tienen las mismas posibilidades económicas ni siquiera el consumo de ambos vehículos es proporcional para recorrer una determinada distancia. La diferencia puede llegar a ser del doble o hasta el triple, y no es justo o equitativo.
No puede ser así de ninguna manera. Solo hay que fijarse en un dato para comprobarlo y lo ha dado en estos días la ministra de Hacienda. El incremento de la venta de combustibles desde la aplicación de los 20 céntimos de descuento ha sido enorme. Tanto que ya ha superado las propias previsiones que se hicieron el 30 de marzo, días antes de su publicación en el BOE. La razón es sencilla. Consecuencia de la bajada del precio en cerca de un 10% la gente ha comprado más gasolina. Es la consecuencia lógica de todo esto y tiene mucho que ver con que a una parte de la población le hacía falta la subvención, pero al resto de consumidores no y son los que están derrochando. Además, los que suelen hacerlo son los que no tienen ningún problema para llenar el depósito, cueste lo que cueste.
