Sin duda, la guerra ha empobrecido a la sociedad y no solo en Ucrania. El impacto en la economía se puede notar en todos los países de Europa. Solo los alimentos han subido el 15% y ese es solo el principio.
Ahí están los datos. La invasión de Rusia en Ucrania ha golpeado a la economía europea y lo ha hecho duramente. También en España está pasando factura al bolsillo de los consumidores con una (1.) subida de precios como no se recordaba. En un año la inflación ha superado el 10% y esa es la cifra más alta en más de 4 décadas. Insostenible, a pesar de que el dato se ha moderado en los últimos meses, porque ha afectado más de la cuenta a todos los presupuestos familiares. Las cifras hablan por sí solas. En este tiempo más de 4 millones de españoles han perdido poder adquisitivo. Todo por una progresiva escalada que, por supuesto, pasa por la cesta de la compra. Llenar los carritos se ha convertido más que en un problema en una odisea. No es una exageración…
De hecho, el precio de los alimentos se ha disparado hasta el 15% solo los últimos 12 meses. Casi nada, porque los salarios se han quedado igual. Algunos incluso más y son productos tan básicos como los huevos, el azúcar, el arroz o la carne que han llegado a subir entre un 30% y un 60%. Pocos o ninguno son los que han bajado. Además de la cesta de la compra, la guerra ha pasado también factura, nunca mejor dicho, a la hora de moverse. (2.) Afectación a los carburantes que han registrado también récords históricos. En la primavera pasada aumentaron un 40% y llegaron a superar los 2,17 euros por litro. Tan caro que se acabó comiendo la subvención de los 20 céntimos vigente desde abril hasta diciembre. Incrementos que ahora experimentan un ligero respiro, pero no acaba aquí la cosa…
Si uno se fija en la vivienda más de lo mismo. Con los (3.) tipos de interés por encima del 3,5%, firmar una hipoteca supone 250 euros más de letra mensual y eso ya no hay quien lo sostenga. Y a los que ya la tienen, afrontar los suministros esenciales ha sido sin duda otro de los grandes dolores de cabeza con la (4.) escalada de la energía. Así, se vió como poco a poco aumentaba la factura de la luz. En marzo de 2022 se incrementó hasta los 500 euros por MWh y el recibo medio subió como la espuma. Marca máxima de todos los tiempos con casi 150 euros mensuales de gasto medio. Ahora la cosa empieza a estar más tranquila y se vuelve a situar por debajo de los 60. No es solo cosa de precios y mercados. También medidas de eficiencia, ahorro y reducción del consumo.
Y si se habla de energía, el gas es otro de los productos que más ha preocupado a los españoles. Crecimiento de más del 60% y tras tocar techo el pasado mes de agosto a 228 euros, hoy ya está más barato que antes de la guerra. Aun así, es una bajada que está costando que se note en las facturas. Por este motivo, y con toda la prudencia que merece un sector tan complejo, se puede empezar a hablar de estabilización de la crisis energética. El precio de esta materia prima es una de las señales que lo indican. A 50 euros/MWh y eso son 7 veces menos que hace medio año. Menor, pero todavía lejos de los 15 o 20 euros que históricamente habían sido los valores habituales. Mucho más razonable, pero también muestran que sigue habiendo tensiones. Poco a poco van volviendo a la normalidad.
