El precio de la electricidad será mucho más estable porque ya no va a cambiar todas las horas de cada día, sino que se establecerá uno fijo a futuro para todas las nuevas centrales. Estos son los plazos de la reforma del sistema eléctrico.
Objetivo cumplido, pero solo de palabra y habrá que ver cuándo. Todavía queda camino por recorrer. Sin duda, un buen primer paso hacia la pretensión de países como España de dejar atrás el sistema marginalista por el que se establece el precio de la luz. Es decir, que la cotización del gas ya no arrastre a la de la electricidad. Conseguido, pero solo a medias porque, además, será una reforma a largo plazo. Tardará un tiempo en aprobarse y aún más para que se vea en los recibos. El motivo es que solo se aplicará a las nuevas centrales que se pongan en marcha a partir de 2025 y que, en España, por ejemplo, serán fundamentalmente solar y eólica. La cuenta es sencilla…
Si aquí cada año se van incorporando al sistema un 2% de nueva renovables para sustituir a las antiguas basadas en combustibles fósiles tardará aún bastante para que afecte al total de la energía eléctrica del país.
Por tanto, de momento, en el corto plazo se va a notar muy poco. A partir de ahí lo irá haciendo progresivamente hasta que sus efectos se dejen sentir de una forma más intensa más o menos allá por el año 2040. Quizá un plazo de tiempo demasiado largo porque el problema tiene lugar ahora que todavía se dejan sentir los efectos de la crisis energética. Para poder actuar sobre los precios actuales habría que poner en marcha o mantener otro tipo de mecanismos ya existentes como la excepción ibérica. Por cierto, conviene recordar que de no prorrogarse solo estará en funcionamiento hasta fin de año. Luego ya… Importante porque esta iniciativa es la que está protegiendo a los consumidores a las posibles subidas del gas y como luego se trasladan al precio y los recibos de la electricidad.
La reforma del sistema eléctrico en Europa está pensada para todo lo que ocurra a partir de 2025 con una nueva fórmula de retribución para todas las centrales que se construyan a partir de esa fecha.
Así, por cada MWh que generan reciben la remuneración de la fuente más cara que ha sido necesaria para satisfacer la demanda. Es decir, la del gas, pero en España y en Portugal hay una excepción y es que… si el precio del gas se dispara por encima de los 65 euros por MWh, ahora mismo cotiza en 50 y no aplica la excepción ibérica, todas las centrales que no utilizan este combustible, renovables y nucleares principalmente, cobrarán una cantidad inferior. Eso sí, las centrales de ciclo combinado seguirán cobrando lo que les corresponde en base a su coste real en los mercados. En realidad, es otra forma de hacer lo mismo y de dar estabilidad.
Ahora en los 27 países que forman la Unión Europea a todas las centrales se les paga por igual. Exactamente lo mismo con independencia de los costes de producción y ese precio es el más alto de todos.
Muy importante porque en España ya 3 de cada 4 MWh que se producen no tiene nada que ver son el gas, el carbón o cualquier otro combustible fósil. Exactamente el 75% y eso quiere decir que el país ha avanzado mucho en la llamada Transición energética. Por tanto, es mucho mas importante que en otros países de Europa donde el porcentaje es mucho menor. Imprescindible. Tan solo un 25% de generación eléctrica en centrales de ciclo combinado evidentemente no justifican que se siga pagando el precio más alto. Los costes de las renovables son mucho más bajos. Además no tienen ninguna relación con nada de lo que está pasando en Oriente Medio o en Ucrania.
