Lo de las importaciones de gas de España tiene su miga. Por barco y a través de gaseoducto llega todo el que se consume en España. Sin embargo, a través de la segunda vía se está reduciendo significativamente el suministro.
Las cosas están cambiando… Si antes la mayor parte del gas que se consume en España venía a través de gaseoductos ahora lo hace por medio de barcos. Fundamentalmente de Estados Unidos, pero también de otros lugares del mundo incluso Rusia. Sin embargo, la primera vía de entrada sigue siendo fundamental, aunque hay ciertas dificultades. Desde que Argelia rompió el tratado de amistad con España el pasado mes de junio las relaciones entre ambos países se han complicado. Una de las principales consecuencias de esa ruptura fue que se redujo el envío de gas. Hasta ahora suministraba el 40% de los aprovisionamientos de esta materia prima y lo hacen a través de dos gaseoductos que nos conectan con el país del Norte de África. A los pocos días de la ruptura del acuerdo Estados Unidos escaló posiciones en el ranking y se convirtió en el proveedor más importante.
Así, se eliminó del primer puesto a Argelia. Y es que traer gas a través de los gaseoductos es mucho más complicado que hacerlo por vía marítima con buques metaneros. Requiere más tiempo de desarrollo y construcción que las instalaciones regasificadoras en los puertos. Además, como ha recordado Jorge Morales de Labra en La linterna de Cadena COPE en el caso de España se dispone de dos gaseoductos. Por un lado, está el gaseoducto del Magreb que entra por Tarifa, pero está cortado definitivamente desde noviembre del pasado año. Ha estado en servicio durante los últimos 15 años y por las tensiones entre Marruecos y este país se decidió finalmente interrumpir el suministro a finales de 2021. Y el otro gaseoducto, que es mucho más reciente y solo lleva operativo 5 años, cruza el mar de Alborán directamente hasta Almería.
Esta segunda infraestructura es la responsable de suministrar una parte importante del gas que se consume en la península ibérica. Eso sí, mucho menos que los años anteriores. Históricamente a través de estos dos gaseoductos se venía recibiendo hasta el 50% del gas natural nacional. Ahora la cosa ha cambiado bastante se ha reducido a la mitad. En torno al 25%. Además, hay que tener en cuenta que ampliarlos es complicado. Más aún construir otros nuevos. No es tan sencillo como abrir el grifo y que empiece a llegar. Sería simplificarlo demasiado. A lo largo de su recorrido hay estaciones compresoras de gas en ambos extremos que son las encargadas de transportarlo. Por cierto, que son la parte de la infraestructura que ahora está utilizando Rusia como excusa para argumentar el corte de suministro del ya famoso Nordstream que cruzando el Báltico lo lleva hasta Alemania.
