¿Son buenas noticias para el consumidor el cambio del PVPC? ¿Será la solución definitiva a los elevados recibos o, por el contrario, otra vez más no servirá para nada? Diferentes visiones de la nueva tarifa regulada que dejará de ser variable.
¡Se acabó el PVPC, tal y como se conoce! La reforma de la tarifa regulada está más cerca que nunca. Casi se podría decir que tiene los meses contados… ¡Menos de 6! El objetivo, cuando el precio de la luz está bajando tanto, no está del todo claro porque lo único que parece cierto es que no rebajará aún más los recibos. Mañana el Consejo de ministros va a aprobar el cambio y estas son algunas de las modificaciones que se esperan. Lo primero es que no será de un día para otro. A partir del 1 de enero y, también, que todo pasa por una nueva forma de calcular la tarifa.
La reforma del PVPC es una de las condiciones que puso la Comisión Europea para la aprobación de la Excepción Ibérica. Exigencia que había que cumplir sí o sí y el límite para hacerlo era el 1 de enero de 2024.
Esto quiere decir que, ni más ni menos, el PVPC, o Precio Voluntario del Pequeño Consumidor, tendrá nuevas referencias en el mercado. Diferentes a las que tendría hasta ahora para reducir la volatilidad del precio. No eliminará por completo sus fluctuaciones, pero casi. O lo que es lo mismo, proporcionará más estabilidad y seguridad al consumidor. Eso sí, su aplicación será gradual. Poco a poco y por tramos entre 2023 y 2025 para ir viendo como poco a poco la electricidad va teniendo menos variaciones en el precio.
¡Bienvenido nuevo PVPC!
Por eso, ya hay quien piensa que es bienvenida la nueva tarifa porque consideran que la luz se está convirtiendo en la nueva criptomoneda. Todo porque es frecuente encontrar precios de la luz que se multiplican por ocho o nueve o que, de repente, se reducen a la mitad. 800% de incremento son saber de dónde ha venido. Una situación realmente insostenible para las familias y también para las empresas. Así, prácticamente sin que haya explicación alguna. Por eso, se alegran de la llegada de una mayor estabilidad a las facturas para un bien de primera necesidad. Uno sin el que, literalmente, no se podría vivir y que debería estar al alcance de todos sin estar sometido a tales fluctuaciones.
¿Será la nueva tarifa regulada la solución definitiva?
Otros, en cambio, ven la llegada del nuevo PVPC con gran escepticismo y algo de preocupación. De este modo solo esperan que este último cambio sea la solución definitiva a los sustos que está dando la luz últimamente. Sobre todo, porque con todas las novedades que se han producido en el sector en los últimos meses uno ya no sabe si la referencia que se ponga a futuro será mejor o peor que quedarse como se está. Es decir, que el precio dependa exclusivamente de la subasta, hora a hora y día a día. Por cierto, mucho más barato así que antes y más que lo podría ser cuanto mayor sea la aportación de renovables. Difícil acertar y siempre estará ahí la duda de si es lo mejor para el consumidor.
El escepticismo de los que ya no se creen nada…
Por último, también se encuentran, y no son pocos… los que observan con cierta incredulidad cualquier movimiento en este sentido. Ya se sabe… al final siempre ganan las eléctricas, pero especialmente porque no se sabe cuál será su efecto real. Tampoco si va a afectar de forma positiva a los usuarios y más con todo lo que ha pasado en los últimos años. En este tiempo demasiadas han sido las medidas que se han aprobado con la mejor de las intenciones y que luego con el tiempo han quedado en nada. No han terminado de cumplir con las expectativas. Por este motivo, exigen que se haga un seguimiento muy de cerca de su funcionamiento y evitar que luego quede en el olvido. Analizar, transcurrido un tiempo, su impacto real en los recibos y en la economía y modificarla de nuevo si es necesario.
