¡Luz 10 veces más cara de lo habitual! Recibos que se multiplican y es hora de buscar soluciones. La más razonable sería desvincular el gas del sistema marginalista, pero ¿se podría hacer?
Situación de emergencia. Lo del precio de la energía, y por supuesto, de la luz es ya una de las principales preocupaciones tanto para el Gobierno como para los consumidores. Supone cerca del 10% de los costes de las empresas y si se ha multiplicado por 10 dejan de ser viables. Ya no les salen las cuentas. Igual que a las familias. Un recibo medio de 100 euros al mes podría llegar a los 1.000 y eso es insostenible. Así no hay quien pueda pagarlos y se buscan soluciones.
A corto plazo la presión sobre el precio va a seguir tanto como dure la guerra. Puede que incluso más, aunque en España apenas se consuma el gas de Rusia. Apenas el 8% del total porque la mayor parte llega desde Argelia. Casi la mitad y el resto en barco desde otros lugares del mundo. Afortunadamente hay alternativas para minimizar su impacto: poner limite al precio de la luz y sacar al gas de la ecuación del sistema marginalista. ¿Son posibles?
“Se debe asegurar que el alza del precio del gas en los mercados no contamina al de la electricidad y, por tanto, no tiene una repercusión negativa sobre las rentas y el bienestar de las familias y las empresas europeas”. Nadia Calviño. Vicepresidenta del Gobierno.
Ahí está el viejo sueño de cambiar el método por el que se establece todos los días el precio de la electricidad. Tiene pros y contras. Entre las últimas es el responsable de que, si en la subasta eléctrica entran renovables baratas, nucleares que dan estabilidad, … y un solo MWh de gas, que está más caro que nunca, toda la energía se pague al precio de esta última. ¡A 545 euros/MWh! Lo malo es que hidroeléctrica y eólica apenas cuestan 15 euros y nucleares en torno a 45. Por tanto, pagarlo todo más de 10 veces más caro no solo es desproporcionado, sino que además es injusto. En su día fue pensado como incentivo a las renovables y así cobraran algo más, pero no tanto. Ahora, 20 años más tarde, la Comisión Europea debe cambiarlo.
“Trabajar estrechamente con la Comisión Europea porque el mercado está roto y no refleja los costes reales. Algo que está generando una distorsión muy importante como consecuencia del elevadísimo precio del gas natural”. Teresa Ribera. Vicepresidenta del Gobierno.
Algo que, como ha explicado Jorge Morales de Labra en Hora 25 de los negocios de Cadena SER, es posible. Se puede hacer, pero no sería inmediato. Llevará tiempo y la urgencia es grande. Afortunadamente hay otras alternativas mucho más rápidas como limitar el precio. Ya existía antes en España y se quitó hace apenas unos meses, en julio de 2021. Estuvo vigente más de dos décadas y justo al quitarlo es cuando más falta ha hecho. Sin embargo, lo de desvincular el gas del sistema de casación de la energía no es tan sencillo.
Tiene su explicación. Además, el sistema marginalista lo que trata es de equilibrar la oferta y la demanda. De modo que, si finalmente se saca el gas, que supone en torno al 20% de la producción eléctrica total, no habría para todos. Solo estaría disponible el 80% de la necesaria. Origina un descuadre importante. Por eso, también hay que pensar muy mucho como se compensa y se retribuye al gas porque seguirá haciendo falta. Llevaría meses ponerlo en marcha. Todo lo contrario que ponerle límite al precio que se podría hacer mañana mismo.
“No se puede permitir que el precio del gas natural contamine el de la electricidad…Y por primera vez la Comisión Europea reconoce que esta es una situación excepcional que merece una atención especial por parte de las instituciones europeas”. Teresa Ribera.
