Más allá de corbatas y americanas, temperaturas y luces en los escaparates hay que ser conscientes de la gravedad de la situación y de todo lo que se puede hacer en casa ante la crisis energética.
Imprevisible. Nadie sabe lo que puede pasar con los precios de la energía y hay que tener en cuenta que la gasolina, la electricidad y el gas son uno de los principales gastos al que hacen frente las familias cada mes. Tan solo por debajo de la vivienda y muy cerca de la alimentación. Además, debido a las constantes subidas de estos suministros su porcentaje en los presupuestos domésticos es cada vez mayor. No para de subir y, en realidad, el único cambio que ha habido para justificarlo es la guerra de Ucrania y la posición de Rusia en el conflicto. La está usando como auténtica arma frente a las sanciones que le ha impuesto la Unión Europea y al final vaya si se nota en los bolsillos. Complicado, por tanto, predecir las consecuencias de la actual crisis energética. Por eso, ha llegado el momento de pasar a la acción.

Los Gobiernos y también los ciudadanos pueden hacer un montón de cosas para minimizar el impacto. No es tarea sencilla ni tampoco está exenta de polémica. Esta misma semana ha habido una noticia que ha causado gran revuelo. El Consejo de ministros ha anunciado su plan de ahorro energético y hay medidas para todos los gustos. Desde las temperaturas a la iluminación sin olvidar el teletrabajo. Lo importante es ser consciente de la situación actual y que hay que reducir el consumo como fuera. De hecho, ya de manera natural miles de personas ponen en marcha algunos de estos consejos desde hace tiempo. Sí, se hace con naturalidad cuando uno va a la estación de servicio y ve el precio de la gasolina a 2 euros cuando hace poco menos de un año costaba la mitad. Impacta directamente en los bolsillos y vaya si se nota.
Reduciendo la velocidad en 10 km/h se ahorra casi 1 de cada 3 litros de combustible (27%) y subiendo un grado la temperatura un 7%… Y estos son solo algunos de los datos que confirman que la eficiencia energética es muy rentable.
Lo mismo pasa con la electricidad. Exactamente igual. En los últimos meses han llegado algunas de las facturas más altas de la historia. Del doble de lo habitual. Por eso, no queda más remedio que ahorrar. El precio es el mayor incentivo para hacerlo, aunque no es fácil y menos con el gas. ¡El recibo del próximo invierno de la calefacción puede dejar helado! Podría llegar a ser hasta 4 veces superior, como ha contado Jorge Morales de Labra en España vuelta y vuelta de RNE. Así que, la primera recomendación es ser responsables y ahorrar energía. Ser conscientes de todo lo que está pasando y aplicarlo en todos los ámbitos en los que sea posible… y, sobre todo apostar por las renovables. No es solo aflojarse las corbatas o quitarse las americanas, aunque con solo bajar la velocidad del coche 10km/h se consume hasta un 27% menos de combustible.

Ahorro y paneles solares como la forma más lógica. La energía más barata es la que no se llega a consumir o la que se produce a través del autoconsumo fotovoltaico. Instalarlos debería ser casi una obligación en España. Si antes de la crisis energética ya era muy rentable hacerlo, ahora aún más. Antes, incluyendo las ayudas y subvenciones se podía llegar a amortizar la inversión en menos de 10 años, pero ahora los plazos se han acortado significativamente. Al precio actual de la luz en el mercado mayorista se puede recuperar en tan solo 36 meses. Lo mejor de todo es quelos paneles tienen garantía de producción de 25 años por lo que todavía después les quedará mucha más energía y vida útil incluso después de amortizarlos. El que tiene un tejado tiene un tesoro y una obligación moral y económica para instalar paneles solares.